Algunos nos vamos de Erasmus, otros a la Guerra del Golfo
Teníamos las contraventanas cerradas para evitar el calor, y las ventanas abiertas.
Era media tarde cuando uno tras otro los muezzines de El Cairo iniciaron su canto, haciendo la llamada a la oración.
Desde el sofá de casa se oyen todos los días. Pero es un sonido en la lejanía, un sonido acogedor, familiar. El sonido que me dice que aquí también estoy en casa.
Entonces sucedió. Estaba pensando en el muezzín cuando recordé que en el último mundial estaba en España y ni siquiera sabía, es más, no tenía ni la más remota idea que un mes después estaría en El Cairo para quedarme a vivir aquí.
Nunca había pensado en vivir en el extranjero, y menos en un país árabe. Y sin embargo ahora me encuentro tan a gusto.
Qué cosas, ¿no?
Siempre me pregunto qué me engancha a El Cairo, a este país. El trabajo, aunque me encanta, no está muy bien pagado.
Mi pareja tampoco es egipcia y la ciudad es de todo menos saludable, tranquila, cómoda... Sin embargo la idea de ir a vivir a otro país me produce desasosiego.
Creo que es por la gente. No quiero, ni sé sintetizar cómo son los egipcios, o los árabes. Simplemente es imposible decir "los egipcios son así o asá". Prefiero contar cómo es mi relación con ellos.
Hoy he tenido clase en una institución que tiene su sede en El Cairo. Soy profesora. Al terminar, se ha acercado un alumno iraquí, Tamer. Como yo les había contado que tenía que cambiar la batería de mi móvil, me ha regalado una nuevecita. Por supuesto no la quería aceptar, pero si conocéis un poco esto, sabréis que es imposible rechazar un regalo. Después me ha llevado a casa en su coche, ya que vivimos muy cerca.
Durante el camino me ha estado contando que está hecho polvo por una chica. Sin darme cuenta me he visto envuelta con absoluta normalidad en una conversación en la que me contaba cómo antes de la Guerra del Golfo se comprometió con una chica aquí en El Cairo.
Los dos eran muy jóvenes, pero se querían y sus familias estaban de acuerdo en que se casaran. Además son de buenas familias, concepto que aquí tiene gran importancia. Siginifica que tienen un buen trabajo, dinero, buena posición social, buena educación...
Pero entonces estalló la guerra y Tamer tuvo que volver rápidamente.
Era piloto del ejército iraquí. Yo me quedo muda. Estaba en un Mercedes con matrícula diplomática yendo a casa con un expiloto del ejército iraquí, reciclado.
Estas son las cosas que pasan en El Cairo.
¿Qué pasó después?
Evidentemente la chica se casó con otro y tuvo un hijo. Tamer dejó el ejército hace 7 años y vino con estatus de diplomático a trabajar a El Cairo.
Cuando llegué a casa no pude evitar acordarme de que eso mismo le pasó a un amigo mío. Se pasó media vida saliendo con una chica. Se adoraban. Él estaba terminando medicina y le dieron una beca para ir a EEUU durante 1 año. Su novia no pudo ir con él y cuando volvió ella le dejó y empezó a salir con otra persona.
Pero claro, hay una pequeña diferencia entre irte con una beca a EEUU e irte a pilotar cazas en la Guerra del Golfo.
Yo entendía perfectamente lo que estaba diciendo, empatizaba con él, porque tenemos una buena parte de conocimiento compartido.
Sin embargo, nuestras realidades no pueden ser más diferetes.
Foto 1: Mezquita de al Azhar. Primer día de Ramadán. Una persona prepara el iftar, la primera comida del día una vez se ha puesto el sol.
Foto 2: El Cairo islámico. Unos policías realizan juntos el iftar